Vengo a confesarte que te he sido infiel
Cálmate, ¿por qué te enfadas tanto? ¿Te duele? O es sólo tu ego el que te duele, dime…
Sí, te he sido infiel, lo admito, he dejado que otras manos me desnuden, me acaricien, para que otros labios pasen a través de mí por todos lados, para que otro cuerpo penetre en el mío hasta que explote de placer.
¡No me digas que soy una puta si no sabes qué me trajo aquí!
¿Quieres saberlo? ¿Ya se te olvidó cómo mendigaba tu amor?
Recuerda cuántas veces te pedí un beso y esquivaste mis labios, te besé y te fuiste diciendo que te estaba ahogando, y en las noches en que buscaba tu cuerpo para satisfacer mis deseos, sólo recibía migajas, cumplías con tu deber…
No tienes idea de cuántas lágrimas me he tragado, cuántas veces he llorado en silencio por tu falta de amor y de rechazo, me he odiado por no ser mujer suficiente para ti, he rechazado mi cuerpo marcado por los niños y los años.
Reconoce mi lucha por salvar lo que es nuestro, siempre te he hablado con la verdad, como ahora, te propuse ir a terapia, viajar solos, realizar tus fantasías, te complacía en todo, olvidándome de mi, sólo quería verte feliz y que me amaras, aunque sea un poco.
Y un día, de la nada, vino alguien, alguien del pasado, así, sin previo aviso, un mensaje, una charla, y de repente empecé a despertar su interés; al que no le importan mis kilos de más, si mis dientes no son blancos, sólo le importa mi negocio, lo que pienso, lo que siento…
Y no fue fácil pasar al siguiente paso, porque tampoco es libre, pero nos dejamos llevar por nuestras emociones de los años contenidos…
Y de repente me vi desnuda delante de él, no le importaban mis estrías, probé mis pechos caídos, acarició mi piel seca, la que te picaba, como si fuera la más delgada de las sedas, caminó con sus labios cada centímetro de mi piel haciéndome temblar y llegó a mi, esa parte de mi cuerpo que te daba «asco» besar, y lo disfrutó, y nos perdimos en un torbellino de placer..
Entonces me di cuenta de que todavía puedo ser amada por otra persona, ser su tentación y la inspiración de sentimientos y deseos como yo soy, sin apariencia, sin falsas pretensiones.
Y lloré, pero esta vez de alivio, entendí que no se puede salvar lo insalvable, que no puedo luchar por dos, que en mi no quedó el esfuerzo que hice por mantenernos a flote, y no lo supiste valorar, te quedaste ahí tranquilo, bajo el disfraz de la comodidad de sentirme segura, pero te falló….
Y aquí estoy confesando mi «pecado», ante tu ira, tu rabia, tus insultos, tu juicio
REFLEXIONES DE INFIDELIDAD
- Antes de ser infiel
- Valora a tu esposa
- Las Dificultades del Matrimonio
- El verdadero precio de la infidelidad
- Una historia que toda ama de casa debe leer
- No existe mujer infiel y de eso estoy totalmente seguro