La amante de mi esposo al fin ganó
Hace tiempo noté que mi esposo se la pasaba con el celular más de lo normal, se metía al baño con él y duraba hasta 30 minutos.
Lo raro es que cuando andaba borracho yo lo revisaba porque caía muerto, se quedaba superdormido y yo tenía todo el tiempo para revisarlo, nunca le puso contraseña.
Pero siempre borraba WhatsApp y llamadas, siempre traía el historial limpio y empecé a notar que antes de entrar a casa se quedaba en el carro como 2 minutos con él en la mano (yo lo veía por la ventana).
¡Así que me entró la duda y empecé a poner más atención para ver con quien hablaba, en una ocasión vi de reojo que le llegó un mensaje de una tipa, así que me aprendí el nombre, y empecé a buscar entre sus contactos de Facebook y NO la tenía agregada, me pareció sospechoso y revisaba sus conversaciones y las borraba de inmediato, así que me MONTE EN UNA PELÍCULA!!
Y un fin de semana me di cuenta de que le llegaban y llegaban MENSAJES de ella, pero al revisar no había NADA.
Así que esta semana estando en casa le llegó un mensaje de ella qué decía:
“Hey” (Él estaba en el baño y había dejado el celular en silencio) le respondí diciéndole:
“Hey hermosa”, y de inmediato me responde:
Hola amor, sé que estás ocupado, pero quería que supieras que muero de ganas de vernos ya mañana», le dije:
¡Ahh! Es cierto, recuérdame dónde y a qué hora, hermosa, y me dio dirección y hora.
Me despedí diciéndole que venía mi esposa y borre todo, pero antes tomé screenshots y me los mandé a mi WhatsApp y borré de su celular TODO, pero antes Entré a sus contactos y cambie MI NÚMERO por el DE ELLA, cambie los nombres, ella tenía una foto de perfil de un paisaje así que la robe y la puse en mi perfil de modo que ya las dos teníamos la misma foto (cosa que no notó), el caso es que saliendo del baño le dije:
“Oye me está pidiendo mi mamá que vaya mañana a las 10 am con ella a revisión médica y como tú no trabajas mañana, pues quédate con los niños”, pues… se cagó pa’ dentro!!
Puso una carota discutimos porque no quería, pero lo convencí, y me fui a la cocina dejándolo solo.
Pues, ¿Qué creen?, me manda un WhatsApp diciendo:
“Hermosura, no podré verte mañana porque surgió una emergencia con mi madre, podemos vernos mañana a la 1 pm?” , yo le respondí:
“Claro, mi amor, esa hora nos vemos”, me puso:
“Bueno, mi chaparrita gracias por ser tan comprensiva, te dejo porque estoy acompañado”, le respondí:
“OK besos”, Claro que sentí morirme!!!!
Me puse a limpiar la cocina, tomé foto de la conversación, me fui después de un ratote a dormir con él, quería gritarle y reclamarle, pero NO.
En la mañana me guardé su celular y salí directo a donde se iban a ver y empezó a llamar y llamar del teléfono de casa a su celular, no respondí, lo tenía en silencio, fui, llegó la chava supe que era ella porque mandó mensaje:
“Amor ya estoy aquí” y le dije:
Ya voy llegando, ¿cómo te vestiste guapa?
Me dijo: “Traigo la blusa rosa que me regalaste”, así que supe quien era de inmediato me acerque y le dije:
¡¡Hola!!
¿Fíjate que Rubén no pudo venir, pero sabes quién soy?
No, no sé, me respondió.
Bueno, vamos a caminar y te cuento —le dije. Yo soy Ana, la hermana de Rubén, él me pidió que venga para decirte que se decidió y que quiere irse contigo, que no aguanta más a la mujer.
Me dijo que te pase la dirección y que vayas a buscarlo a las 21, él te va a estar esperando. Ahora prefería quedarse en la casa para poder empacar sus cosas.
A estas alturas, esta mujer no sabía qué cara poner! Pero orgullosa y con cara de victoria me miró y dijo:
Yo sabía que se iba a animar, hoy mismo voy a sacarlo de ahí.
Me despedí de ella y volví a casa.
Cuando llegué, mi marido seguía enojado porque tuvo que quedarse en casa con las nenas, lo miré y solamente le dije que se quede tranquilo, que pronto tendría tiempo para disfrutar.
Me preguntó porque le decía eso y si bien tenía ganas de dedicarle mis peores insultos, me calle una vez más.
Llame a mi mamá para explicarle lo que pasaba y le pedí que se lleve a las nenas a su casa. Me fui a nuestro dormitorio, agarré un bolso y guardé toda su ropa.
Entre miedo y orgullo empecé mi plan, me planche el pelo, me maquille, busque entre toda mi ropa interior ese conjunto que él me regaló hacía meses y nunca pude estrenar, me puse ese vestido que a él le encantaba como me quedaba, pero por no tener tiempo por estar en casa todo el día, limpiando, cocinando, cuidando las nenas, lavando y planchando su ropa para que vaya a trabajar bien prolijo, hacía mucho no usaba y sinceramente ni me preocupaba por verme bien, creí que con esperarlo con la comida servida y la casa en orden ya cumplía con mi rol de mujer.
Cuando me vi al espejo me sentí como hacía mucho, no me sentía, me sentí una mujer hermosa, arreglada, así como la mujer por la que mi marido prefería cambiarme en vez de ayudarme a tener un tiempo para mí y poder arreglarme como cuando éramos novios.
Él eligió el camino más simple, me reemplazó. ¡Y por fin yo lo estaba entendiendo, él no me valoró y eso me dolió… pucha que dolió!
Pero soy mujer y mamá, no había tiempo para llorar, tenía que terminar lo que empecé, así que lo llamé, me recosté en la cama y lo esperé. Él entró a la habitación, ya preparado para seguir la pelea, y cuando me vio no entendía nada, se acercó y me beso.
Sí, yo también lo besé, tenía la necesidad de despedirme. Mi cabeza no paraba de pensar, mi corazón se aceleraba y mientras me apoyaba en su pecho podía sentir como latía su corazón, cerré los ojos y pude vernos a los dos en nuestra época de novios.
Lo besé en la frente y le agradecí por las hijas hermosas que me dio, le pedí que se ponga la ropa que había dejado preparada para él sobre la silla. Sin entender mucho lo que pasaba, lo hizo. Él creyó que íbamos a tener una salida romántica, nosotros dos solos.
Ay Valeria, estás tan hermosa como cuando te conocí, ¿Cuánto hace que no te veía así?, me dijo. Y yo no pude responder nada.
Eran las 21:05 cuando sonó el timbre— Es para ti Rubén— le dije—. Agarra ese bolso que es pesado para mí.
Atendimos la puerta, los dos, y ahí estaba ella, mi marido estaba pálido.
¿Qué haces acá? Preguntó.
¡Tú me pediste que venga a buscarte! Dijo ella.
—Quédate tranquilo Rubén, la que le pidió que venga a buscarte, fui yo, la verdad que no quiero seguir con alguien como tú a mi lado, así que agilice las cosas y como a ella le prometiste dejarme, te ayudé porque sé que te falta mucho valor para hacerlo tú.
Vayan yendo chicos, Rubén, gracias por hacerme dar cuenta lo que valgo y que merezco un verdadero compañero de vida, alguien que me quiera como soy y me ayude a sacar la mejor versión de mí.
Te deseo mucha suerte en tu nueva vida de pareja, ojalá a ella la valores. ¡Por mi parte quiero que sepas que puedes venir a ver a las nenas cuando quieras!
¡Y a ti querida… a vos te deseo suerte!
Y mucha paciencia porque la vas a necesitar cuando esté enfermo y no te salga la sopa como a su mamá, cuando no logres que la camisa quede planchada como a él gusta, cuando quieras hablar de tu día y él solo quiera ver el partido en el sillón… lo demás dejo que lo descubras sola.
¡No les robo más tiempo, sean felices! ¡Yo voy a intentar serlo también, por lo pronto me voy con mis amigas!
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