Nostalgia.
A veces te sientes como un arado que barre siempre el mismo surco y piensas que el trabajo sería más blando si caminaras en compañía.
A veces te enredas en la nostalgia de lo que dejaste atrás y, así como el agua busca su nivel, tu sangre tira y lleva lejos tu memoria.
Miras por sobre el hombro y recuerdas a tus amigos, tu vieja casa, tu ayer o ese alguien especial para ti. Puedes llegar a maldecir tu decisión de comenzar el camino y te pierdes en los “cómo hubiera sido si…”
Otras veces encuentras injusto el precio de tu soledad y revuelves en los pliegues de tu pasado como quien busca monedas en los bolsillos de un muerto.
Tu mente menor inventa recuerdos y fabrica diálogos que lo expliquen todo, respondes a preguntas que nunca te hicieron e interrogas a quien no tuviste coraje de preguntar. Pero descubres que no hay risa que devuelva lo perdido, lo llorado, ni dé verde a lo marchito. ¿Pero tú, buscador, estás seguro de haber perdido?
Cuidado:
- Tú no vives de recuerdos, sino que los recuerdos viven de ti.
- Son miles de bocas que devoran la fuerza que necesitas para seguir adelante.
- Te digo que no existe nada de malo en esos sentimientos, en tanto no te dejes sofocar por los sentimientos. Si esto sucede es porque estás olvidando, estás no-recordando.
Dime:
- ¿De quién te acuerdas cuando te acuerdas de ti?
- ¿Del niño que corría entre los árboles?
- ¿Del joven que soñaba con viajes lejanos?
- ¿De lo que fuiste ayer?
Todas esas vivencias tienen la marca de lo fugaz, están escritas en tu memoria como la sombra que un pájaro en vuelo deja sobre el agua.
Pero recordarse de sí no quiere decir tener memoria. La memoria y el olvido son funciones de tu mente menor, en cambio, el recuerdo de sí pertenece al ser profundo.
Escucha:
Tú no has renunciado a amar por seguir la vía, sin embargo, puede parecerte que por seguir la vía has dejado de amar.
Recuerda bien, buscador no sea cosa que lo que crees que has perdido sea solo otro juego de tu mente, así como tus recuerdos emotivos pueden ser solo reflejos condicionados y la historia que añoras un invento de tú nada.
Observa qué curioso:
Ciertas cosas llegan a tu vida cuando ya no las precisas. Arriban con un retardo inexplicable cuando la cola de tu ilusión ya dio vuelta en la esquina.
Abre las manos del alma y deja andar su recuerdo como si liberaras una paloma cautiva. Esto también te servirá para aprender.
REFLEXIONES DE SUPERACIÓN
- Yo no me rindo
- Tengo un sueño
- Comenzando de cero
- Tarea para hoy – Abre tu mente
- Disfruta cada momento de tu vida
- La gente está tan acostumbrada a ser infeliz