Si tus palabras no convencen, deja que tus acciones hablen por ti.
Recuerda que pequeños detalles hacen grandes momentos.
Un hecho vale más que mil palabras, no hay manera de que una palabra tenga igual trascendencia que una acción.
Un hombre debe alinear su mente racional con sus emociones, para que sus actos tengan una procedencia genuina y no queden desconectados de lo que dicen sus palabras.
Un hecho vale más que mil palabras porque con uno solo equivocado puedes destruir una relación que las palabras por sí mismas no pueden mantener.