Receta para un matrimonio feliz
Un matrimonio feliz precisa ciertos ingredientes:
Amor desinteresado: que cada uno procure la felicidad del otro antes que la suya.
Comprensión: que ambos estén dispuestos a escucharse y a tratar de entender el punto de vista del otro.
Paciencia: el don de sonreír y soportar las idiosincrasias del otro cuando resultan molestas o irritantes.
Sentido del humor: la capacidad de reírse de los propios errores y divertirse juntos.
Humildad: la gracia para tragarse el orgullo y decir: «Me equivoqué», o: «Lo siento» en el momento indicado
Perdón: un auténtico deseo de hacer caso omiso de las faltas, olvidarlas y pasar a cosas mayores y mejores.
Perseverancia: poner empeño para que la relación matrimonial sea armoniosa.
Por último -aunque no por ello menos importante- Amor a Dios. Cuando ambos cónyuges reservan el primer lugar en su vida a Dios, El se complace en colmarnos de bendiciones.
REFLEXIONES PARA LA FAMILIA (VÍDEOS)
- Carta desde el cielo
- Las manos de mi madre
- Una flor de belleza sin igual
- Nunca discutas delante de ellos
- Las 8 mentiras de mi madre
- Solo te pido que me escuches
- Carta de un hijo a sus padres separados