Mi esposa cambió su foto de perfil.
Me sorprendió la cantidad de «Me Gusta» que le dieron. Y algunos comentarios masculinos me perturbaron.
Inmediatamente se lo recriminé y le pedí que borrara la publicación, me miró con tanta tristeza que me dio vergüenza haber actuado así.
Yo no le había dado un Me Gusta a su publicación, al contrario me enfadé mucho.
Y luego empecé a pensar.
¿Por qué no he mirado sus publicaciones en mucho tiempo? Y si por casualidad las miraba, ¿cuántas veces las ignoré?
Cuántas veces ha publicado carteles sin decir que eran para mí y ni siquiera los he notado!
Cuántas veces me he enfadado con los comentarios de alguna gente babosa, como si fuera culpa suya!
Cuántas veces ha esperado mi tierna reacción!
Cuántas veces debe haber estado triste al ver que no me importaba!
Miré su perfil y allí me sorprendió aún más. Todas sus publicaciones han sido un éxito. Ni siquiera hablemos de sus fotos.
Y entonces descubrí que, al igual que miro a las mujeres en la calle, en la cara o en cualquier otro lugar, MI MUJER también es vista por otros hombres.
Mi MUJER también está recibiendo solicitudes. El resto del mundo ve lo bella que es, lo buena que es, cuánto amor me tiene, lo tierna que crece en su sonrisa y en sus ojos.
Todo el mundo lo ve, menos yo. Y de repente, supe que podía perderle en cualquier momento. Y un escalofrío recorrió sobre mi espalda.
Ahora espero a que vuelva a casa del trabajo, sabiendo que muchos hombres la han descubierto, la han mirado. Pero ella está conmigo.
Tan pronto como entre por la puerta, la abrazaré y le diré cuánto la amo. Y le pediré disculpas por no haberla visto antes.
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