I. SIGNIFICADOS IMPORTANTES:
A. ESTAR EN LA PRESENCIA DE DIOS:
- Es cuando perdemos conciencia del mundo natural propio (matrimonio, trabajo, salud, familia, etc.) y tomamos conciencia del mundo espiritual de Dios y nuestra relación con Él.
B. FORTALEZA MENTAL:
- Es un patrón de conducta mental, de autodefensa que adopta el ser humano a raíz de alguna emoción fuerte que ha sufrido en la vida, ya sea un gran temor o un gran dolor, que le impide hacer la voluntad de Dios con respecto al área de su vida que fue afectada.
C. VIDA DEVOCIONAL:
- Es un tiempo del día que apartamos para estar en la presencia de Dios, alimentar nuestra relación con Él, ofrecerle nuestra vida, saber su voluntad y conocerlo más. Normalmente, se compone de alabanza, adoración, lectura de la palabra, oración y un momento de silencio, sin ser esto una fórmula estricta, ni un orden obligatorio.
II. HAY MUCHAS COSAS IMPORTANTES EN LA VIDA, PERO SOLO UNA ES NECESARIA:
LA PRESENCIA DE DIOS. Mat. 6:33ª dice:
- “Más buscad primeramente el reino…” Al ser humano le corresponde establecer la primera prioridad en su vida, y Dios se encarga de ordenar las demás.
- La vida del creyente está escondida en los lugares celestiales con Cristo, y es allí donde debe buscarla cada día a través de una buena vida devocional.
III. CUATRO RAZONES PRINCIPALES POR LAS CUALES HAY QUE BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS:
- Dios quiere tener comunión con sus hijos.
- Dios te diseño de tal forma que solo puedes ser plenamente feliz a través de una relación íntima con Él. El Salmo 16:11 dice: “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.”
- Solo ante la presencia de Dios puedes saber cuál es su voluntad para tu vida.
- Dios es el único que conoce verdaderamente tus debilidades, el que puede revelártelas, y el que puede librarte de ellas. (Ej.: Fortalezas).
IV. FALSOS CONCEPTOS RELACIONADOS CON LA ADORACIÓN Y LA BÚSQUEDA DE LA PRESENCIA DE DIOS:
- El fin de la adoración es la adoración en sí. Para el creyente, la meta de su adoración no debe ser la adoración en sí; debe ser llegar a un punto donde no ve a nadie a su alrededor, sino que quede completamente absorto en Dios, y quedarse allí el tiempo necesario para recibir lo que el Señor tiene para él.
- La presencia de Dios viene a los creyentes cuando estos le alaban. No es la venida de Dios a los creyentes, sino la entrada de estos a la presencia de Él, (Salmo 100:4; 150:1). Es una idea pagana pensar que se puede manipular la presencia de Dios a través de la alabanza. (Ej.: Sacerdotes de Baal).
- Hay que buscar dónde está la presencia de Dios. La presencia de Dios está ahí, y su poder está manifestándose constantemente, lo que se necesita es hacer algo para ascender hasta el Señor en el corazón. Cuando hablamos de llegar a la presencia de Dios, nos referimos a un viaje en el cual nuestra conciencia deja de enfocarse en el mundo natural, y comienza a enfocarse en el mundo espiritual.
V. LAS RESPONSABILIDADES DE CADA CREYENTE:
- Prepararse, a través de oración, arrepentimiento, adoración, meditación, etc.
- Orar con anticipación por el ministerio. Si se dedica tiempo a orar por el tiempo del ministerio, se esperará el beneficio subsecuente de esa inversión de tiempo, y se estará listo para participar y contribuir a que el tiempo de alabanza, adoración y ministración sea una reunión gloriosa. Mateo 6:21 dice:“Donde está tu tesoro, allí estará vuestro corazón…”
- Procurar tener la actitud correcta: Al entrar en la presencia de Dios, los fieles no deben venir solamente para recibir algo, sino más bien para traer una ofrenda. El Salmo 96:8 dice: “Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrendas, y venid a sus atrios. Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”. (Normalmente, llegamos a la iglesia el día de la ministración para llenarnos y poder aguantar la semana. Es al revés; debemos llenarnos toda la semana a través de una buena vida devocional, para poder traer nuestra mejor ofrenda a Dios el día de la alabanza y ministración).
- Tener motivación propia en la alabanza y adoración. El verdadero adorador alaba en todas las oportunidades que se le presenten y no requiere del estímulo del pastor ni del líder de adoración para alabar al Señor. (Ej.: Los pastores y líderes pueden indicarles a los demás hacia donde caminar, pero no pueden obligarlos a caminar, o caminar por ellos).
- Convertir las canciones en una alabanza del corazón, a Dios. El solo hecho de cantar no significa que estamos alabando. Hay que involucrar el corazón.
- El creyente debe adorar a pesar de las distracciones. Es fácil culpar a otros por la falta de alabanza de uno: “Hoy el líder de adoración no está en el espíritu”, “Es que la música no se escucha muy bien”, “Cuando van a poner el estilo de música que si lo lleva a uno a la presencia de Dios”.
- La responsabilidad de la alabanza debe inevitablemente volver a los creyentes. Tal vez el creyente tenga razón en sus apreciaciones con respecto a la calidad de la alabanza, pero eso no justifica el privar a Dios de la adoración que se merece. (Durante la alabanza y la adoración, los ojos de Dios están puestos en la congregación, no en el grupo de alabanza). Dios los bendiga
REFLEXIONES CRISTIANAS
- Le pedí a Dios
- La paz perfecta
- Dios y el barbero
- Bendiciones en este día.
- Huellas de Cristo en la arena
- Dios te ama y te ayuda en los problemas.
- El amor maduro ante los padres ancianos