No estás sola… Dios está contigo, incluso cuando nadie más lo está
Hay días en los que el corazón se siente más frágil, ¿verdad?
En los que pareciera que nadie entiende lo que estamos pasando.
Luchamos en silencio, sonreímos por fuera, pero por dentro… hay una batalla.
Quizás hoy te sentiste así.
Con ganas de rendirte, con esa sensación de que nadie nota tu dolor.
Pero hay alguien que sí lo ve.
Alguien que conoce cada lágrima, cada suspiro, cada oración que no logras decir en voz alta.
Dios está contigo.
No estás sola. Nunca lo estuviste.
Su amor te sostiene incluso cuando el mundo parece darte la espalda..
📖 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.”
— Salmo 23:4
🌊 Este video fue grabado desde lo alto de la playa de Barú, en Cartagena.
Así como el mar parece no tener fin, así es el amor de Dios: profundo, eterno e incondicional.
Él no te abandona. Él camina contigo, aunque tú no lo sientas.
Hoy, aunque no veas la salida, confía.
Él está ahí… justo donde más lo necesitas.
💬 ¿Esta reflexión habló a tu corazón?
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Reflexiones que tocan el alma.
Sanar por dentro no siempre es fácil, y muchas veces, lo que nadie te dice sobre este proceso es que se trata de un viaje profundo. Lo que nadie te dice sobre sanar por dentro es que no se trata solo de borrar el dolor, sino de encontrar en medio de él una transformación.
A veces, en la espera de respuestas, parece que Dios guarda silencio, pero entendí que El silencio de Dios tiene un propósito. El tiempo de espera no es tiempo perdido, es tiempo de crecimiento. Y en esos momentos difíciles, Lo que más duele no es lo que pasó, sino lo que queda sin resolver en nuestro corazón.
Aprender a perdonar ha sido clave para seguir adelante, porque El verdadero significado del perdón me enseñó que soltar es más liberador que cualquier otra cosa. Sin amor, nada tiene sentido, por eso siempre me acuerdo de que La vida no tiene sentido sin amor.
En los momentos en los que más lo necesito, siento que Dios te habla hoy: palabras de amor y esperanza, y eso me da la paz que mi alma necesita. No soy perfecto, y aunque a veces me quejo como el pajarito en sus tribulaciones, me consuela saber que Las quejas del pájaro ante Dios nunca caen en oídos sordos, pues Él siempre está ahí para escucharme.
