Deja a un lado las preocupaciones.
Deja a un lado las preocupaciones y te sorprenderás de la belleza del cielo, del color de las flores, del frescor de la brisa y de la generosidad del sol.
Te sentirás parte de la creación, y la vida empezará a tener sentido. La mayor riqueza es saber apreciar lo que tenemos y lo que somos.
Pensar en lo que los demás están haciendo puede darte dolor de cabeza. En lugar de ello, piensa en lo que tienes que hacer.
Hazlo, y verás cómo te sientes. Nadie en realidad te produce intranquilidad. Tú eres tu propio amigo o tu propio enemigo.
Son tus limitaciones, debilidades, expectativas y hábitos negativos los que te roban la paz y te hacen sufrir. Si alguien está haciendo algo erróneo, en lugar de perder tu paz y dejar que la mente se queje, pregúntate:
“¿Qué puedo hacer yo para beneficiar a esa persona?”
Una de las principales razones por la que hay tanto miedo en nuestra sociedad es que pasamos la mayor parte del tiempo escuchando noticias negativas sobre violencia y conflictos.
Proponte cambiar de tema y hablar de lo que la vida te ofrece. Es necesario crear esperanzas y entusiasmo en el futuro y una visión más positiva de la realidad del presente.
De esta forma promovemos la paz. La humanidad es como un árbol, cada ser humano está conectado con la Semilla y pertenece al mismo árbol.
La belleza del árbol es que tiene diferentes ramas y en cada unas innumerables hojas. Cada individuo también es diferente y tiene su propio papel.
Piensa en lo que tenemos en común y apreciarás a cada ser humano. Esta es una clave para permanecer en paz.
REFLEXIONES DE LA VIDA
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