Cuando el dolor llega a nuestra alma
Cuando el dolor llega a nuestra alma borra nuestra sonrisa, quiebra nuestros huesos, nos sentimos solos y sin aliento.
Es cuando deseamos que nos ayuden a levantarnos, un abrazo y palabras de aliento y a encontrar la paz que tanto buscamos.
En ese momento, elevemos nuestra mirada al cielo, hablemos con Dios, que aunque de momento no nos sintamos escuchados, en el momento preciso cuando menos los esperemos sin darnos cuenta sentiremos una lluvia de bendiciones que inundara nuestra alma de su paz y su amor.