El pecador.
Un hombre fue a confesarse con un religioso y le pidió que fuera su intercesor ante Dios, para ver si así dejaba sus pecados y su mala vida.
El religioso así se lo prometió y así lo hizo…
Como al cabo de algún tiempo no paraba de quejarse de que seguía pecando y no le eran de provecho alguno aquellas oraciones, el religioso le dijo:
Ven y ayúdame a levantar aquel costal de trigo que se le ha caído a esa mula. Cogió el hombre por un lado y el sacerdote por otro, y cuanto más tiraba el pecador para arriba, más tiraba el religioso para abajo:
¿Cómo lo vamos a levantar de esta manera? preguntó el hombre.
Pues igual haces tú -respondió el religioso- cuando pido a Dios que te libre de tus pecados, tú sigues tirando hacia abajo.
Moraleja:
- Nuestra voluntad de querer cambiar es determinante en el proceso de santificación.
- La voluntad se ve fortalecida con la oración.
- Estas constituyen nuestros mejores escudos para protegernos más eficientemente en el ambiente en que vivimos.
- ¡Vívelos para poder tener vida verdadera!
REFLEXIONES CRISTIANAS (VÍDEOS)
- El perdón
- Mecánico del alma.
- No tengo ganas de orar
- Haz un doble click en tu vida
- Cuando todo parece perdido
- Zapatos perfectos para estar con Jesús
- El mayor placer de una persona inteligente