martes, octubre 8, 2024
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Carta a Dios – La canasta de la vida

Carta a Dios – La canasta de la vida.

Querido Dios ¿Cómo estás?

Te escribo para saludarte y para pedirte unos productos para la cesta de mi vida, pues la «canasta básica» con que me mandaste al mundo se me ha ido agotando a lo largo de estos años.

Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está también vacío.

La imaginación también está escaseando por estos rumbos. También debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos corajes y problemas me han ocasionado.

Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta. Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo:

«Cómo ser más prudente», volúmenes 1, 2 y 3.

Envíame también varias bolsas grandes, pero bolsas grandes de madurez que tanta falta me hace.

También quisiera un costal grande lleno de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera.

Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra., a veces como que me quiero elevar sobre los demás….

Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho.

Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empachó.

Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caería excelente.

Te pido también una dotación muy grande de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura.

Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño.

Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas.

Necesito también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo corre muy aprisa y no debo desperdiciarlo.

¿Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí misma?

Sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga.

También quisiera un bote de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de «ganas de vivir», para cumplir mis sueños.

Necesito también una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos.

Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga algo lindo y bueno que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo que me regalaste aquí en la Tierra.

De antemano te agradezco lo que me puedas mandar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.

Con mucho cariño…

Te adora, tu hij@

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