El último deseo de un condenado a muerte.
¿Te acuerdas madre, cuando llevé a la casa aquella bicicleta que le quité a otro niño igual que yo? Me ayudaste a esconderla para que mi padre no se enterara.
¿Te acuerdas madre, cuando me robé el dinero de la cartera de la vecina? Fuiste conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos.
¿Te acuerdas madre, cuando botaste a mi padre de la casa? Él sólo quiso corregirme por haberme robado el examen final de mi grado y a consecuencia me expulsaron.
Madre, yo era sólo un niño, luego fui adolescente y ahora un hombre mal formado!
Era sólo un niño inocente que necesitaba corrección, y no consentimiento.
Te perdono, y sólo te pido que le hagas llegar esta reflexión a todos los padres del mundo, que sepan que ellos son los únicos responsables de formar, a un hombre decente, o a un vulgar delincuente.
Gracias madre por darme la vida y gracias también por ayudarme a perderla.
Firma:
¡Tu hijo, El Delincuente!
Dios bendiga a aquellas madres que se sienten orgullosas de haber formado hombres útiles a la sociedad y no delincuentes a los que no les tiembla la mano para arrancar vidas y robar lo que con tanto sudor y trabajo le cuesta a los demás.
Vídeo reflexiones de la vida
- La buena y la mala suerte
- El tonto
- Cazando monos
- Vencedores y vencidos
- Los pequeños detalles
- Yo no lo haría
- Sé como la liebre