Cuando pensabas que no te veía.
Cuando pensabas que no te veía; Te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.
Cuando pensabas que no te veía; Te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.
Cuando pensabas que no te veía; Te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo platicar y en quien confiar.
Cuando pensabas que no te veía; Te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos, y aprendí que todos debemos de ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
Cuando pensabas que no te veía; Te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada, y aprendí que aquellos que tienen algo deben de compartirlo con quienes no tienen.
Cuando pensabas que no te veía; Te sentí darme un beso por la noche, y me sentí amado y seguro.
Cuando pensabas que no te veía; Te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella, y aprendí a cuidar lo que se nos da.
Cuando pensabas que no te veía; Vi cómo cumplías con tus responsabilidades aun cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.
Cuando pensabas que no te veía; Vi lágrimas salir de tus ojos, y aprendí que algunas veces las cosas duelen y que está bien llorar.
“NO TE PREOCUPES PORQUE TUS HIJOS, NO TE ESCUCHEN, PREOCÚPATE PORQUE TE OBSERVAN TODO EL DÍA.”
REFLEXIONES PARA LA FAMILIA.
- Carta de una ama de casa
- Las cuatro estaciones
- Una lección para cada hijo
- ¿Qué es lo que más te ha dolido en la vida?
- Las entradas del circo