Elige ser agradecido
El agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.
La pequeña virtud del agradecimiento es prueba de un gran corazón…
Aún con el torpe o equivocado, debemos ser agradecidos, cuando menos por su buena intención. La gratitud no significa «devolver el favor»:
Si alguien me sirve una taza de café no significa que después debo servir a la misma persona una taza y quedar iguales.
El agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.
¿No es propio de un corazón verdaderamente generoso mostrarse agradecido hacia los demás, aún de lo más insignificante que hayan intentado hacer por él?…
No resulta sin embargo tan raro el olvido de los servicios que nos prestan los demás; o, simplemente, nuestra mala costumbre de no demostrar nuestra complacencia.
A esto hay que oponer el pequeño valor del agradecimiento.
Sucede a menudo que, mientras esperamos en vano el agradecimiento de personas a quienes hemos ayudado o hecho por ellas verdaderos sacrificios, otros por quienes nos sacrificamos mucho menos conservan por largo tiempo su reconocimiento.
REFLEXIONES DE LA VIDA
- El mono
- Yo quisiera ser
- El perdón
- Trabajar a conciencia
- El tapiz maravilloso
- La oportunidad de vivir
- ¿ Culpable o inocente ? – Creatividad en momentos de crisis