Amarte es un gran placer.
Quiero vivir en tu compañía – física y espiritual.
Quiero que cuando las arrugas surquen nuestros rostros, caminemos de la mano por la playa, sintiendo la brisa en el rostro, arena en los pies y plenitud en el alma.
Y que cuando sea el momento de trascender, soltemos fácilmente el cuerpo en el que habitamos y nos reencontremos allá, en nuestro hogar, para amarnos más y más.
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